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Cuando Facebook compro Instagram en el 2012 por la módica suma de $ 1,000’000 000.00 (eso es mil millones de dólares), lo hizo por dos motivos obvios. El primero porque no quería arriesgarse a que una nueva red social le quite parte de su público, visto el crecimiento de la aplicación fotográfica de 30 millones de usuarios en 2012 a 300 millones en la actualidad, fue una excelente jugada. El otro motivo (y más importante) es el potencial económico que Instagram tenía en el momento, lo cual lo hacía un producto tentador para cualquier empresa del rubro (Twitter ofreció $ 525 millones por la app) pues con una base de usuarios en crecimiento el posible mercado para vender publicidad es enorme.
Cuando se finalizó la compra, mucha gente temía que el news feed de Instagram se llene de anuncios pagados y le quite el encanto de ser una plataforma libre de publicidad, una de las razones por las cuales tiene tanta popularidad. Sin embargo, 3 años después, no hay indicio de que eso vaya a ocurrir.
Esto se debe a que el equipo detrás de este proyecto ha tomado las cosas con calma y han ido labrando el camino paso a paso para lograr que los espacios vendidos en Instagram valgan realmente la pena y no alejen a la gente. Y parece que está funcionando.
La publicidad en Instagram funciona de 3 maneras actualmente: Cuentas oficiales de marcas, celebridades que cumplen el rol de voceros de una marca y usuarios influenciadores. Con cualquiera de las tres opciones la comunicación es orgánica, no hay opción de promocionar los post ni invertir en ello. La creatividad es fundamental y se vuelve la principal herramienta para llamar la atención (como lo hizo Old Spice con su juego de rol); utilizar influencers es una opción que funciona muy bien, sobre todo cuando se trata de contar historias.
Pero esto no genera ganancias para la compañía. Es por eso que desde este año viene trabajando en dos opciones para comprar y vender publicidad. La primera es la opción “Carrusel” que permite postear una serie de 4 imágenes en secuencia horizontalmente de modo que facilita un storytelling y termina con un posible call-to-action ayudado por la otra nueva opción que está dando a las marcas: links que te dirijan a páginas web especificas (Instagram no permite link clickeables). Este tipo de publicidad aún está a modo de prueba y es más que nada un poco exclusivo, con costos realmente elevados ($30 por cada 1000 vistas).
Así que por el momento disfrutaremos de una plataforma casi libre de publicidad (a menos que sigas marcas) mientras los creativos y las cabezas del mundo marketero siguen desarrollando la mejor forma para anunciar en Instagram y llegar a esos $ 2 mil millones en venta de anuncios que se espera para el 2017.

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